A sangre y fuego
En esta posición se sitúan las fuerzas del Batallón Amuategui, con una distancia de apenas unas decenas de metros con el enemigo. La aviación no podía actuar en la zona debido a la cercanía de las posiciones, por lo que se actuaba en especial a base de morteros, fusiles e incluso bombas de mano. Los metros que separaban ambas posiciones eran tierra de nadie, y los dos bandos crearon un sistema de fortificaciones con refuerzos de alambradas, fosos, etc. que todavía se pueden observar en la actualidad.
Los diferentes Batallones que defendían Eibar subían en autobuses hasta Usartza por la noche y desde allí seguían a pie a esta posición de Akondia, en la que permanecían en turnos de dos días en estado de permanente vigilancia. Era la posición estable más conflictiva del frente de guerra en Euskadi.
Milicianos del Batallón Amuategui en la posición de Santa Cruz. Al fondo el monte Karakate. © Eibarko Udal Artxiboa. Fondo Cándido Eguren.
Las trincheras cubrían toda la zona central para evitar el ataque desde la cima de Akondia, aunque la segunda zona de ametralladoras del batallón Amuategui estaba orientada hacia la carretera de Arrate. En la parte trasera, bajo las trincheras y oculta a la vista del enemigo, se construyó un túnel para intentar volar con dinamita las posiciones de los sublevados. El túnel se puede visitar en la actualidad y tiene unas medidas de 29 metros de largo por dos metros de ancho y otro tanto de altura. Un grupo de una docena de mineros asturianos huidos de su tierra en las primeras semanas de la guerra se ubicaron en Eibar para asesorar al Batallón Amuategui en cuestiones referidas al manejo de explosivos y construcción del túnel, ayudados por mineros de Somorrostro y Gallarta.
En los ataques aéreos del 24 y 25 de abril de 1937 Eibar sufrirá un duro castigo por parte de las aviaciones alemanas e italianas, con un balance de 74 muertos y 97 heridos. El Plan General de Operaciones sobre Bizkaia fue responsabilidad en lo referente a la aviación del Teniente Coronel del Estado Mayor alemán Wolfram von Richthofen y del servicio de logística de la Legión Condor. Se determinan con el visto bueno del coronel franquista Juan Vigón diversos “supuestos de acción de la Legión Condor”, por el que “Las fuerzas atacarán las reservas locales y de los sectores, SIN CONSIDERACION DE LA POBLACION CIVIL”.
Relación de calles y portales de Eibar destruidos. © Archivo General del Gobierno Vasco - Eusko Jaurlaritza.
Tras la caída de Eibar el 26 de abril de 1937 la IV Brigada de Navarra baja de Elgeta, sube desde Eibar y Ermua al monte Urko y por Mallabia llega a Bolibar, similar camino al que habían seguido horas antes las tropas que habían defendido Eibar y los montes colindantes. Mientras subían a Urko y seguían por Iruzubieta, los antiguos defensores de Eibar veían cómo los franquistas dominaban el monte Oiz, pese a la oposición de los defensores de la República. El destino de los milicianos que huyen en desbandada desde estos lugares es Gernika, donde sufrirán el bombardeo alemán del día 26 de abril. En la huida, tras abandonar las posiciones de Santa Cruz, Urko y Akondia, atraviesan los miembros del batallón Amuategui por Aginaga, donde pasan sin tener que utilizar los dos bunkers que habían construido, actualmente todavía en pie, y sufren el bombardeo de la aviación italiana.
Cruz en memoria del capitán franquista Matías Zaragozano, muerto junto a la cima de Akondia. En la imagen se observan las trincheras de los sublevados. La cruz fue destruida en 2014.
Las zonas más afectadas en Eibar por destrucción son las de alrededor de la parroquia de San Andrés, el inicio de la calle Arragüeta, el convento Concepcionistas de Isasi y la plaza de Unzaga. La Dirección General de Regiones Devastadas cifró en 140 los edificios privados destruidos y un total de 840 viviendas destruidas, fundamentalmente entre las calles Isasi y Paseo de Urkizu. Se comenzó la reconstrucción de la antigua ciudad, de nuevo villa tras la decisión de Franco de retirarle dicho título por su “traición” al poder establecido tras el golpe militar. Comenzaba un largo, oscuro y triste período de reconstrucción física y moral de Eibar, que resurgió de sus cenizas en las siguientes décadas.
Reconstrucción de la parroquia de San Andrés.
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El general Mola y sus tropas llegan en abril de 1937 a la destruida Plaza de Unzaga, símbolo de la II República desde abril de 1931. © Kutxateka Kutxa. Autor: Pascual Marín.
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