Eibar símbolo de la República y ciudad a someter
Desde el primer ataque aéreo que sufrió Eibar en agosto de 1936 los ataques por parte de la aviación fueron constantes, solamente mediatizados por la meteorología, que en ocasiones impedía que volasen los aviones que bombardeaban Eibar. Por el contrario los ataques desde las posiciones de las cimas de lugares estratégicos como Karakate, Arrate y en especial desde la Cruz de Arrate serán constantes, sin depender en este caso de la meteorología.
Un factor clave será que desde esta última posición se observa con nitidez prácticamente todo el casco urbano de Eibar, por lo que las correcciones de los disparos serán rápidas y efectivas. Los objetivos referenciales serán los cuarteles donde alojan los defensores de Eibar y la zona del Ayuntamiento, ya que en su entorno se situaban buena parte de las Comisarías de la Junta de Defensa de Eibar, los comedores para la tropa, etc.
Zona de la parroquia tras el bombardeo. © Eibarko Udal Artxiboa. Ojanguren Fondoa.
En Eibar se decide aprovechar espacios como el cauce del río con sus túneles, el trazado del ferrocarril que atraviesa la ciudad, también lleno de túneles y los edificios en construcción para construir dieciséis refugios antiaéreos, a los que se dota de rudimentarias infraestructuras como sacos terreros y en algunos casos luz eléctrica. La población ante un ataque aéreo debía acudir con rapidez a uno de esos refugios, que estaban repartidos por sectores en la ciudad.
Bando del Ayuntamiento de Eibar con la distribución de los refugios de la ciudad.
Tras meses de asedio los defensores de Eibar aprenden a convivir con la extrema situación bélica de asedio, pero son conscientes de que cuando los atacantes lo decidan la caída de Eibar será cuestión de muy poco tiempo. La suerte está echada y la pérdida de Eibar está asumida.
Vista del monte Urko desde la posición de defensa de Usartza. © Archivo del Nacionalismo Vasco.
Gudaris en el Sector de Markina. © Archivo del Nacionalismo Vasco.
Imagen principal:
Eibar. Zona cercana a la parroquia de San Andrés bombardeada. Se observan las calles Errebal y Bidebarrieta y la antigua plaza del mercado.
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