Frente de la Guerra Civil. Sector de Eibar.

Frente de guerra estabilizado durante siete meses

Frente de guerra estabilizado durante siete meses
Vista de Karakate desde una fortificación de Arrate. Invierno de 1936-1937. © Archivo Municipal de Bergara. Autor: Toribio Jauregi.

Con la conquista de la cima de Karakate el 21 de septiembre los golpistas consiguen un lugar estratégico que les servirá en los primeros días para castigar Arrate hasta su conquista, además de ser Karakate un enclave determinante como cruce de caminos de las carreteras que van de Eibar a Elgoibar y, por la otra vertiente, la carretera que accede a Deba Garaia. Del mismo modo porque les permite tener una atalaya clave para bombardear Eibar. Allí será donde instalen varias baterías de cañones durante los siete meses que estará detenido el frente entre principios de octubre de 1936 y finales de abril de 1937.

Desde Karakate y otros lugares como la campa y la cruz de Arrate, y las alturas situadas sobre Soraluze y Bergara, etc. castigarán a diario el centro urbano de Eibar. En el castigo a Elgeta utilizarán esas mismas baterías de cañones, además de otras situadas más cerca del casco urbano de Bergara, casos de las del barrio de San Juan, Labegaraieta o la ermita de San Marcial, lugares desde donde es visible el casco urbano de Elgeta y los Intxortas. En la fotografía tomada desde Arrate se aprecia una posición fortificada de observación tras la que se destaca la silueta de Karakate.

A diferencia de la aviación, que está supeditada a la meteorología para operar, los cañones de montaña castigarán durante esos meses Eibar a diario, destruyendo gran parte de la población. Además, puntualmente la aviación alemana e italiana actuará castigando lugares estratégicos de la ciudad, hasta que en los ataques finales del 24 y 25 de abril de 1937 el ensañamiento sea máximo hasta dejar la ciudad arrasada y causar un alto número de víctimas mortales.

Avión italiano “Savoia-Marchetti S.M. 81”, “Pipistrello”, en acción de bombardeo, escoltado por cazas  “FIAT C.R. 32”, “Chirri”.

Los miembros del Batallón Amuategui emplazaron seis blindados fabricados en la fábrica de Orbea en el cruce de Maltzaga, junto al derruido puente del ferrocarril, protegiendo las carreteras que llegan desde Elgoibar y Soraluze hacia Eibar, pero pronto comprobaron que los sublevados dominaban las alturas situadas sobre la ciudad, tras lo que decidieron escalonar la posición de los blindados en un tramo de medio kilómetro. El puesto avanzado de mando se colocó en una casa de dos pisos que estaba muy cercana al cruce de Maltzaga. Por su parte los golpistas colocaron seis cañones en la carretera entre Soraluze a Bergara, junto al acceso que lleva al barrio de Goimendi y Elgeta.

Blindado republicano que defendía Markina. © Archivo del Nacionalismo Vasco.

En Karakate tenían los sublevados una avanzadilla a 500 metros de la cumbre, ya en la ladera que se orienta hacia Eibar. Allí construyeron una pequeña chabola que posteriormente fue destruida con el impacto de un proyectil del 155 mm republicano. Subían allí desde Soraluze y desde esa posición solían enlazar cuatro veces al día con las radios instaladas en Arrate, Kalamua y Akondia, lugares que dominaban los sublevados.

Por su parte los defensores de Eibar disparaban a Karakate y Arrate una vez perdidas estas posiciones a finales de septiembre, siendo en el segundo caso el objetivo de referencia la iglesia. Disparan desde el casco urbano de Eibar, variando siempre la ubicación de los cañones. Lugares como la curva de la actual calle Juan Guisasola, la parte trasera del actual polideportivo, etc. son algunos de los lugares donde se situarán las baterías. Desde los puntos de observación situados en Galdaramiño y Urko les comunicaban por radio si habían alcanzado sus objetivos o debían corregir la posición. En la otra vertiente de Eibar, con el objetivo de repeler los ataques aéreos de las escuadrillas que llegan desde Gasteiz, dispondrán varias baterías de cañones en Legarre, la cantera de la carretera de Arrate junto a Miraflores, etc. Todas estas posiciones tendrán como elemento común el estar a resguardo del avistamiento aéreo por sus condiciones naturales, reforzadas por las medidas de camuflaje. El primer aviso del avistamiento de aviones era dado por medio de cohetes que se tiraban desde la punta de Galdaramiño, y posteriormente eran confirmados por el equipo de observación que se situaba en el campanario de la parroquia de San Andrés.

Campanario de la parroquia de San Andrés con milicianos vigilando la llegada de ataques aéreos. © Eibarko Udal Artxiboa.

Imagen principal:
Vista de Karakate desde una fortificación de Arrate situada en el entorno de la cruz. Invierno de 1936-1937. © Archivo Municipal de Bergara.
Autor: Toribio Jauregi.

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