El castigo sobre Eibar
Tras la toma de Arrate los sublevados fortifican todo su entorno con trincheras y pequeños bunkers para evitar ataques por sorpresa, en especial por el valle de Arrate, ya que la posiciones más avanzadas del Batallón Amuategui se situaban en Maltzaga, el Palacio de Azitain y Santa Cruz. Desde allí todo Arrate Balle, con sus accesos por Orbe y los pasos de la Virgen, estaba en tierra de nadie. Por esta razón, y porque desde la Cruz de Arrate se divisa perfectamente el casco urbano de Eibar, la cruz será un lugar estratégico desde el que controlar los movimientos y cañonear diariamente la ciudad de Eibar. En la foto de la época se puede apreciar la vista que tenían los atacantes, y muy cercana a la cruz se aprecia una posición fortificada que era utilizada para frenar los potenciales ataques por esa zona.
Para defenderse de estos ataques de los cañones y de los de la aviación de los sublevados, que contaban con el inestimable apoyo de los nazis alemanes y los fascistas italianos, en Eibar se construyeron dieciséis refugios antiaéreos. Estos refugios se hicieron en buena parte aprovechando espacios naturales como los túneles del ferrocarril, los túneles bajo el río Ego, etc. De todas formas a los sublevados les fallaban muchas espoletas, por lo que muchos proyectiles no explotaban.
El casco urbano de Eibar es destruido casi en su totalidad durante esos meses, ya que eran en su mayoría edificios sencillos con muros de mampostería, estructura de madera y cubierta de teja, que tenían plantas diáfanas y grandes aberturas para aprovechar la luz natural a la hora de trabajar en los talleres. Era también muy normal el uso mixto de los espacios, ya que en un mismo edificio se encontraban fábricas y edificios de viviendas. Las fundiciones y talleres más grandes eran de hormigón armado y se situaban en su mayoría alejados del centro de la ciudad.
Los republicanos ocupaban una línea formada por el Akondia Bajo y espolón de Santa Cruz para cubrir la zona de la carretera de Arrate entre esta posición y el Santuario, tomando contacto por Maltzaga con Illordo y posiciones de la Sierra de Elgeta. Desde Santa Cruz también se utilizaba el mortero del 81 y el cañón antiaéreo de dos tubos. Los rebeldes ocupaban la línea que, partiendo de Kalamua por el collado del refugio “Tomás Meabe” y una posición intermedia, por la cima de Akondia, pasaba al fuerte espolón de la divisoria sur de Aisti, que desde el collado Urkarregi baja a Elgoibar.
Sargento franquista con su ametralladora “Hotchkiss 1914” en el ataque a Arrate, Akondia y Kalamua. © Ministerio de Educación y Ciencia. Autor: Andrés Erich.
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Vista desde la Cruz de Eibar. Bajo la Cruz se observa una fortificación de los sublevados dominando las subidas desde Orbe y los pasos de la Virgen. © Archivo Municipal de Bergara. Autor: Toribio Jauregi.
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