El nuevo Eibar construido sobre los restos del Eibar medieval
Nos encontramos en la zona urbana que mayores cambios sufrió tras los destrozos causados por la contienda bélica, en especial porque tenía una alta concentración de viviendas de madera. Ubicada muy cerca de la plaza del mercado y de muchos edificios bajos, un impacto de cañón o de aviación facilitaba que el fuego se propagase con mucha facilidad a las casas colindantes.
También muy cerca, en Errebal, se encontraba el Convento de las Agustinas Recoletas, en el que se alojaron diferentes batallones que colaboraron en la defensa de Eibar. Por todo ello desapareció totalmente el antiguo trazado medieval característico de Eibar con sus calles empedradas en cuesta situadas delante de la puerta principal de San Andrés y en la zona de Portalea.
Flecha Negro italiano observando el incendio en la zona de Ibarrecruz y Arragüeta. Al fondo se observa el perfil de Karakate. © Fototeca Kutxa. Autor: Pascual Marin.
Tras la guerra, la zona de Bidebarrieta y las calles adyacentes sufrieron una gran transformación y así desaparecieron antiguas calles y la plaza del mercado, ubicada delante de la puerta principal de San Andrés, y se construyó una trama urbana totalmente diferente con un triángulo formado por las calles denominadas durante la dictadura Zuloagas, Generalísimo (actual Julián Etxeberria) y Bidebarrieta creando también la calle San Agustín, un nuevo espacio para unir los dos ejes de tráfico rodado que cruzan Eibar en sentido ascendente y descendente.
Vista general de las calles Barrenkale, Plácido Zuloaga y Bidebarrieta destruidas. Imagen obtenida desde el campanario de la parroquia. © Archivo Municipal de Eibar. Autor: Indalecio Ojanguren.
En un Errebal totalmente destruido y en el que no quedó piedra sobre piedra, se construyó la nueva plaza del mercado y en la parte media de Bidebarrieta diversos bloques de viviendas que fueron adquiridas por muchas personas afectas al régimen dictatorial. Estas edificaciones fueron realizadas tras el cubrimiento del río Ego que transcurre actualmente bajo la carretera y fueron obra de los presos que penaban su condena en barracones habilitados en Azitain. Eran tanto presos naturales de Eibar de diferentes ideologías como socialistas y comunistas castellanos que fueron exiliados.
En el período de reconstrucción de la villa se creó un eje en el que estaban presentes los poderes religiosos (Iglesia de San Andrés), el poder político (Ayuntamiento) y el poder militar (Cuartel de la Guardia Civil), este último muy cercano al centro urbano dominando desde la altura la villa.
Incendio de la parte baja de Eibar el 26 de abril de 1937. En la zona central se habilitarán las sedes de los diferentes poderes. © Fototeca Kutxa. Autor: Pascual Marín.
Seguidamente nos dirigiremos a la zona de Urkizu, donde se encontraba la empresa Orbea, lugar que se convirtió en el epicentro de la industria armera de Eibar para el reparto de los suministros bélicos en las primeras semanas de la guerra y al que acudían personas desde muchos lugares de Euskadi para conseguir armamento.
Imagen principal:
Zonas de Barrenkale, Arraindegikale y Bidebarrieta tras los bombardeos. © Archivo Municipal de Eibar. Autor: Indalecio Ojanguren.
© Eibarko Udala 2025